En la primera Audiencia General de marzo, celebrada esta mañana en la Biblioteca del Palacio Apostólico, el Papa Francisco ofreció su catequesis sobre la oración y la Trinidad, que se introdujo con la lectura de algunos parágrafos de la Carta del San Pablo a los romanos (Rm 8, 14-15.26-27) que reza: “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos”.
No todas las oraciones son iguales
Hablando en italiano el Santo Padre dijo que, en el camino de catequesis sobre la oración, tanto hoy como la próxima semana desea mostrar cómo, gracias a Jesucristo, la oración se abre de par en par a la Trinidad, al mar inmenso de Dios amor. También explicó que “no todas las oraciones son iguales, y no todas son convenientes”, tal como se desprende de la misma Biblia que atestigua “el mal resultado de muchas oraciones, que son rechazadas”.
“Quizá Dios a veces no está contento con nuestras oraciones y nosotros ni siquiera nos damos cuenta. Dios mira las manos de quien reza: para hacerlas puras no es necesario lavarlas, si acaso es necesario abstenerse de acciones malvadas”
Dios ama al hombre
El Papa explicó que Dios ama al hombre, y dijo que “nosotros nunca hubiéramos tenido la valentía de creerlo, si no hubiéramos conocido a Jesús. Es el escándalo que encontramos grabado en la parábola del padre misericordioso, o en la del pastor que va en busca de la oveja perdida”. Historias de este tipo no hubiéramos podido concebirlas, ni siquiera comprenderlas, si no hubiéramos encontrado a Jesús.
“¿Qué Dios está dispuesto a morir por los hombres? ¿Qué Dios ama siempre y pacientemente, sin pretender ser amado a cambio? ¿Qué Dios acepta la tremenda falta de reconocimiento de un hijo que pide un adelanto de la herencia y se va de casa malgastando todo?”
Cercanía, compasión y ternura
Jesús revela el corazón de Dios. Nadie es Padre cómo Él. “Cercanía, compasión y ternura” son las tres palabras que destacó el Papa. Nosotros imaginamos con dificultad y muy de lejos el amor del que la Santísima Trinidad está llena, y qué abismo de mutua benevolencia existe entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Los iconos orientales nos dejan intuir algo de este misterio que es el origen y la alegría de todo el universo.
“Sobre todo, estaba lejos de nosotros creer que este amor divino se expandiría, alcanzando nuestra orilla humana: somos el fin de un amor que no tiene igual en la tierra”
Francisco recordó además que el Catecismo explica: “La santa humanidad de Jesús es, pues, el camino por el que el Espíritu Santo nos enseña a orar a Dios nuestro Padre”. Y ésta es la gracia de nuestra fe. Realmente no podíamos esperar vocación más alta: la humanidad de Jesús ha hecho disponible para nosotros la vida misma de la Trinidad.
Al saludar a los fieles de lengua española el Papa les dijo:
“Los animo a acercarse a la santa humanidad de Jesús, pues es el camino por el que el Espíritu Santo nos enseña a orar a Dios nuestro Padre. Esta es nuestra vocación, participar en la vida misma de la Santísima Trinidad”
Venerar a San José
A los fieles de lengua portuguesa el Papa los animó a venerar a San José, “el hombre de la presencia cotidiana, discreta y oculta”, en su calidad de “intercesor, apoyo y guía en los momentos de dificultad”, tanto los propios como los de sus familiares, “para que nunca se agote el aceite de la fe y de la alegría, que brota de la vida en comunión con Dios”.
La Cuaresma es una oportunidad para intensificar la oración
A los fieles polacos el Santo Padre les recordó que “la Cuaresma es una oportunidad para intensificar la oración y la adhesión a los sacramentos, para practicar el ayuno y la caridad, y para vivir más profundamente el misterio del amor misericordioso del Padre, revelado en el Hijo y difundido en el Espíritu Santo”. Y los invitó a que aprovechen esta ocasión “como un tiempo especial de gracia”.
En Cuaresma mayor intimidad con Cristo
Antes de concluir esta catequesis, con el rezo del Padrenuestro y su bendición apostólica, el Obispo de Roma también saludó cordialmente a los fieles de lengua italiana, a quienes les manifestó su esperanza de que el tiempo de Cuaresma los conduzca “a una mayor intimidad con Cristo y a una imitación más asidua de él”.
Por último, el Pontífice dirigió su pensamiento a los ancianos, jóvenes, enfermos y recién casados, a quienes les deseó:
“Que descubran en el misterio de Dios, que se entrega por la salvación de todos, la fuerza para afrontar los momentos difíciles”
Viaje a Iraq
Al final de la catequesis, el Papa Francisco recordó que, pasado mañana, si Dios quiere, viajará a Iraq para una peregrinación de tres días, razón por la cual pidió “oraciones para que este viaje se haga bien”:
“Desde hace tiempo he querido conocer a ese pueblo que tanto ha sufrido; conocer a esa Iglesia martirizada en la tierra de Abraham. Junto con otros líderes religiosos, también daremos un paso más en la hermandad entre creyentes”
Llamamiento por Myanmar
Y al recordar que “siguen llegando de Myanmar tristes noticias de enfrentamientos sangrientos, con pérdida de vidas”, el Papa llamó “la atención de las autoridades implicadas, para que el diálogo prevalezca sobre la represión y la armonía sobre la discordia”. Francisco también dirigió un “llamamiento a la comunidad internacional para que se esfuerce por garantizar que las aspiraciones del pueblo de Myanmar no se vean sofocadas por la violencia”.