El Vaticano tomó medidas este viernes 25 de junio contra el Obispo Emérito de Zielona Góra-Gorzów, Mons. Stefan Regmunt, y el Obispo Emérito de Kalisz, Mons. Stanisław Napierała, ambos de Polonia, por su manejo de casos de abuso clerical.

Mons. Regmunt fue obispo en el oeste de Polonia desde 2007 hasta su jubilación en 2015 a la edad de 64 años. Mons. Napierała fue obispo desde 1992 hasta su renuncia en 2012, después de cumplir 75 años, la edad de jubilación de los obispos diocesanos.

El Vaticano impuso sanciones a Mons. Regmunt y emitió recomendaciones para Mons. Napierała, después de descubrir que cometió “negligencia involuntaria” en relación con un caso de abuso.

En una declaración del 25 de junio, el delegado de la Conferencia Episcopal Polaca para la protección de niños y jóvenes, Mons. Wojciech Polak, señaló que Mons. Regmunt fue investigado por negligencia relacionada con el abuso sexual de menores por parte de dos sacerdotes de la Diócesis de Zielona Góra-Gorzów.

La investigación se llevó a cabo de acuerdo con las disposiciones del Código de Derecho Canónico y el motu proprio Vos estis lux mundi del Papa Francisco, que se emitió el 2019.

Mons. Polak señaló que el Vaticano ha prohibido a Mons. Regmunt, que ahora tiene 70 años, participar en cualquier celebración o reunión pública en su antigua diócesis. También tiene prohibido desempeñar algún papel en la conferencia episcopal polaca.

Además, se ha dispuesto que el Prelado realice una contribución financiera para salvaguardar los esfuerzos en la Diócesis de Zielona Góra-Gorzów.

En un comunicado, la Arquidiócesis de Poznań resaltó que Mons. Napierała fue investigado por negligencia relacionada con casos de abuso sexual cometidos contra menores por dos sacerdotes de la diócesis de Kalisz.

“Después de un análisis exhaustivo de la documentación recopilada, la Santa Sede concluyó que sólo en uno de los casos mencionados hubo negligencia involuntaria”, señaló la arquidiócesis.

El Vaticano recomendó que Mons. Napierała, de 84 años, haga una donación a la Fundación St. Joseph, establecida por los obispos polacos en octubre de 2019 para apoyar a las víctimas de abuso y promover la prevención de estos casos.

Asimismo, sugirió que el Prelado permanezca ausente de las celebraciones o eventos públicos.

Estas sanciones son las últimas de una serie de medidas tomadas contra obispos eméritos en Polonia.

El Vaticano impuso sanciones el mes pasado al Obispo Emérito de la Diócesis de Bielsko-Zywiec, Mons. Tadeusz Rakoczy, después de una investigación sobre su manejo de los casos de abuso.

También en mayo, el Papa Francisco aceptó la renuncia de Mons. Jan Tyrawa, investigado por negligencia en la gestión de casos de abusos sexuales por parte de sacerdotes en su diócesis.

Mons. Tyrawa, Obispo de Bydgoszcz, en el norte de Polonia, desde 2004, fue acusado de conocer casos de abusos por parte de uno de sus sacerdotes y, a pesar de ello, lo transfirió de parroquia en parroquia en vez de sacarlo de entornos frecuentados por menores.

La Nunciatura Apostólica en Polonia anunció en marzo que el Vaticano había sancionado a dos obispos retirados después de investigaciones canónicas a partir de acusaciones de negligencia en la gestión de casos de abusos a menores por parte del clero.

Mons. Slawoj Leszek Glodz, Arzobispo de Gdansk entre 2008 y 2020, y Mons. Edward Janiak, al frente de la Diócesis de Kalisz desde 2012 hasta 2020, recibieron la orden de la Santa Sede de instalarse fuera del territorio de sus antiguas diócesis y les prohibió participar en liturgias públicas o reuniones no religiosas dentro del territorio de las diócesis.

El Vaticano impuso también medidas disciplinarias al Cardenal Henryk Gulbinowicz, de 97 años, en noviembre de 2020.

El Purpurado, que fue Arzobispo de Wroclaw, suroeste de Polonia, entre 1976 y 2004, recibió la prohibición de asistir a celebraciones o reuniones públicas. También se le prohibió ostentar insignias episcopales. Falleció 10 días después de anunciarse las sanciones.

En 2019 la Conferencia Episcopal Polaca presentó un informe en el que se concluía que 382 clérigos abusaron sexualmente de un total de 624 víctimas entre 1990 y 2018.