Por tercer año consecutivo suspenden la tradición de dar envueltos por la fiesta patronal dedicada a Nuestra Señora de la Luz debido a la reserva de la autoridad eclesiástica del templo por el COVID19.
En un recorrido por el Centro Alfarero de La Luz, Arturo López Cano, presidente y heredero de la tradición artesanal de Puebla indicó que representa la sexta generación.
El hombre de edad madura, pero mente clara y manos hábiles señaló que en una hora puede trabajar hasta una centena de copales sahumerios. Enfatizó la trascendencia del oficio y del centro artesanal, pues son el único horno funcional en Puebla y son guardianes de las cazuelas moleras y otras piezas.
El representante del gremio mencionó que dos siniestros afectaron sus actividades: el sismo de 2017 y la pandemia de COVID19. El primero derivó en la suspensión del trabajo que realizaron y el segundo causó un pico del 80% en sus ventas. Recordó que el 3 de mayo el gobierno municipal actual, a través del programa Nacional de reconstrucción bajó una inversión de 2.5 millones de pesos para la rehabilitación del inmueble.
Las intervenciones consistieron en aplanado de muros, arreglo de grietas en muros interiores y exteriores, resane de fisuras y repellado en muros de plomo, colocación de piso y pinta de los muros interiores y exteriores entre otras acciones.
Las familias guardianas procuran preservar la tradición a través de que los más jóvenes la aprendan y valoren.
De acuerdo a la gerencia del Centro Histórico el horno del centro alfarero de la luz, ubicado en avenida Palafox y Mendoza 1403, es el más antiguo de Puebla con 200 años de Puebla y fue nombrado por el alcalde Eduardo Rivera, como un «museo vivo» y sitio obligado en las rutas turísticas de Puebla capital.