La escritora mexicana Margo Glantz (1930) recibió esta mañana el Premio Internacional Carlos Fuentes a la Creación Literaria en el Idioma Español 2022 que otorgan la Secretaría de Cultura federal y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

La periodista Silvia Lemus, viuda de Carlos Fuentes; la secretaria de Cultura del Gobierno de México, Alejandra Frausto Guerrero; el rector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers, y la escritora Liliana Weinberg, como representante del jurado, encabezaron la ceremonia, que se llevó a cabo en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

Margo Glantz agradeció a los organizadores del premio Carlos Fuentes y recordó que es la tercera mujer en recibirlo, así como también fue la tercera en recibir el premio Juan Rulfo. Dijo sentirse sorprendida de que sea necesario subrayar que es una mujer la que recibe un premio literario, lo que no sucede cuando lo gana  un hombre. Evocó las palabras de  la escritora chilena Diamela Eltit, ganadora de la edición pasada del premio, con respecto a la necesidad de democratizar el espacio literario y desbiologizar la escritura, y dijo: “Lo subrayo, lo suscribo; si no lo hacemos, caemos en el tradicional esencialismo donde siempre se ha encasillado a la mujer”.

En su discurso de recepción, lleno de evocaciones a su vida y oficio de escritora, dijo que “la publicación de La región más transparente [de su amigo Carlos Fuentes] inicia una forma de narrar y mirar a México de forma totalmente novedosa, el México posrevolucionario, tanto por su lenguaje como por su temática, empezando porque es la propia ciudad el personaje principal de la novela, y sus diferentes clases sociales, comenzando por la emergente clase media y así como las distintas formas de lenguaje que practican los mexicanos y que Fuentes mimetiza con maestría”.

Por su parte, la periodista Silvia Lemus destacó la amistad entre Margo Glantz y Carlos Fuentes: “Margo Glantz fue una amiga muy querida de Carlos Fuentes; en esta ocasión, y en todas las que se ha entregado el Premio Carlos Fuentes Internacional, es un doble halago para Margo, porque es la amistad la que los unió, pero la literatura y la libertad –que es un lujo de la literatura–, los mantuvo unidos.” Mencionó que hoy, el autor de La muerte de Artemio Cruz hubiera cumplido 94 años e invitó a acudir a él y recordarlo al revisar su literatura.

En su turno, la titular de la Secretaría de Cultura federal, Alejandra Frausto Guerrero, destacó la importancia de que este premio se entregue en el Palacio de Bellas Artes a una escritora tan relevante como Margo Glantz, quien ha transitado de forma exitosa entre distintos tipos de textos, hasta las mismas redes sociales. “Querida Margo, eres ejemplo de vitalidad creativa, tu mirada, tu ser tan joven como experimentado, tan universal como chilanga, la escritura personalísima en cuerpo y alma con alcances insospechados desde el aula, la clase magistral, los libros, las revistas, desentrañar a Sor Juana, hasta las redes sociales, ahí te has convertido en una verdadera amazona que domina el poder del tuit y no renuncia a ese ser crítico”.

El rector de la UNAM, Enrique Graue Wiechers, felicitó a Margo Glantz por el reconocimiento tan significativo para ella, su familia, México, su universidad y para toda la comunidad lectora de Iberoamérica. Señaló que “Margo Glantz no es solo esa autora única y versátil. Su energía abarca múltiples facetas. Ahí está su inagotable labor académica en docencia y en investigación, su cercanía y generosidad con estudiantes y colegas, y su incansable obra de divulgación del patrimonio literario y cultural  en español”.

Liliana Weinberg se refirió a Glantz como una portadora de curiosidad vital e intelectual, una genial y finísima lectora, organizadora de nuevos horizontes de comprensión; como una viajera entre mundos y saberes que nos deslumbra y nos impulsa. “Reconocemos en Margo Glantz –agregó– la inteligencia que cifra de su poética y su escritura, la centralidad que ha otorgado al quehacer literario a través de una vida y una obra tramadas con la literatura; la extrema, valiente, extraordinaria lucidez de quien se ha atrevido a atravesar y vincular mundos, géneros, discursos, saberes, a desafiar y someter a ironía convenciones y lugares comunes, a tender puentes entre la creación y la crítica y, en suma, a quien ha logrado hacer oír su voz, compartir sus pasiones y reflexiones para construir una literatura”.

Además de Weinberg, el jurado estuvo integrado por María Fernanda Ampuero, el recién fallecido poeta David Huerta, Pedro Ángel Palou y Diamela Eltit, esta última ganadora del premio en su edición anterior.

Por unanimidad, decidieron otorgar el reconocimiento a Glantz por la calidad de su obra pionera, que abrió el camino a las generaciones posteriores de escritoras y escritores de Iberoamérica, así como por su contribución indeleble a las letras y su inteligencia poética.

La autora se convierte en la tercera mujer en obtener este galardón en su historia, luego de las autoras Diamela Eltit (2020) y Luisa Valenzuela (2019). Los otros ganadores han sido Mario Vargas Llosa (2012), Sergio Ramírez (2014), Eduardo Lizalde (2016) y Luis Goytisolo (2018).

La Secretaría de Cultura federal y la UNAM otorgan este premio anualmente a escritoras o escritores que, por el conjunto de su obra (escrita en español en su totalidad o una parte sustancial), hayan enriquecido el patrimonio literario de la humanidad.

Fue instaurado en memoria del escritor mexicano Carlos Fuentes, autor de clásicos como Cambio de piel Terra Nostra. Busca reconocer el trabajo de quienes, por medio de sus letras, enriquecen la literatura universal con sus poemas, novelas, ensayos y cuentos. En un principio, su periodicidad fue bianual; sin embargo, a partir de 2019 es anual por un acuerdo entre la Secretaría de Cultura federal, la UNAM y la periodista Silvia Lemus, viuda de Fuentes.

Semblanza

Escritora, académica, crítica y tuitera, Margarita Glantz Shapiro, mejor conocida como Margo Glantz, nació en 1930 en el número 44 de la calle Jesús María, en el barrio de la Merced, en la Ciudad de México. Es hija de un matrimonio ucraniano-judío que emigró a México en la década de los veinte del siglo pasado.

Su vasta obra, en la que conviven la literatura, el ensayo y los estudios académicos, refleja un interés por temas como el erotismo, la sexualidad y el cuerpo, además de la migración y la memoria.

Lectora voraz desde pequeña, a los 14 años leyó a Dos Passos, Faulkner, Kafka, Mann y Hesse. Estudió Letras Inglesas en la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la UNAM y se doctoró en Letras Hispánicas en la Universidad de La Sorbonne, en París.

En 1958 inició su carrera docente en la FFyL de la UNAM, institución de la que es profesora emérita. Ha dado clases en las universidades de Yale, Princeton, La Joya, Harvard, Berkeley, Menéndez Pelayo en Santander, Barcelona, Alicante, Viena, Berlín, París, Buenos Aires, Chile y Delhi, entre otras muchas.

Ha sido directora del Instituto Cultural Mexicano Israelí, del Centro de Lenguas Extranjeras de la UNAM, de la Coordinación Nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura y agregada cultural de la embajada de México en Gran Bretaña.

Entre su obra, destacan las novelas Las genealogías (1981), Síndrome de naufragios (1984), De la amorosa inclinación a enredarse en cabellos (1984), El día de tu boda (1982), Apariciones (1996), Zona de derrumbe (2001), El rastro (2002), Historia de una mujer que caminó por la vida con zapatos de diseñador (2005) y Saña (2006), así como los libros de ensayos Narrativa joven de México (1969), Onda y escritura (1971), Repeticiones (1979), Intervención y pretexto (1981), La lengua en la mano (1984), La Malinche, sus padres y sus hijos (1994), Erosiones (1985), Borrones y borradores (1992), Esguince de cintura (1994), La desnudez como naufragio (2005) y La polca de los osos (2008).

Es una reconocida estudiosa de la vida y obra de la escritora novohispana Sor Juana Inés de la Cruz, sobre quien ha escrito Sor Juana Inés de la Cruz, ¿hagiografía o autobiografía? (1995), Sor Juana Inés de la Cruz: Saberes y placeres (1996) y Sor Juana: La comparación y la hipérbole (2000).

En 2018 publicó el libro Y por mirarlo todo, nada veía, en el que compila parte de su labor en la red social Twitter, en la que es seguida por más de 70 mil personas.

Es Miembro de Número de la Academia Mexicana de la Lengua desde 1995. Entre los diversos reconocimientos que ha recibido se encuentran los premios Xavier Villaurrutia (1984), Sor Juana Inés de la Cruz (2004), el Nacional de Lingüística y Literatura (2004), el FIL de Literatura en Lenguas Romances (2010) y el Iberoamericano de Narrativa Manuel Rojas (2015).

Fue beneficiaria de la beca Rockefeller en 1996 y de la Guggenheim en 1998, y ha recibido los doctorados Honoris Causa de la Universidad Autónoma Metropolitana (2005), la Universidad Autónoma de Nuevo León (2010) y la Universidad Nacional Autónoma de México (2011), entre los de otras universidades. Es investigadora emérita del Sistema Nacional de Investigadores desde 2004, y Creadora Emérita Honoraria del Sistema Nacional de Creadores desde 2005.