La emergencia sanitaria por COVID-19 contribuyó a que las personas adoptaran hábitos de salud e higiene como el lavado correcto de manos con agua y jabón, práctica que reduce de manera importante las enfermedades gastrointestinales, el riesgo de infecciones respiratorias agudas y el contagio del virus SARS-CoV2.

La enfermera adscrita al Departamento de Vigilancia Epidemiológica del Hospital General de México “Eduardo Liceaga”, Susana Jiménez Castañeda, afirmó que existe gran cantidad de microorganismos que pueden generar infecciones o enfermedades, y en esos casos la población infantil es la más afectada, así como personas con diabetes, hipertensión u otros padecimientos que debilitan el sistema inmune.

Este 15 de octubre es el Día Mundial del Lavado de Manos, y en este contexto es importante reiterar la necesidad de esta práctica de forma frecuente, usando agua y jabón, o, en su caso, aplicación de alcohol gel en concentración al 70 por ciento.

El lavado de manos ayuda a evitar diarreas, vómito, cólera, enfermedades respiratorias, neumonía e infecciones de la piel, sobre todo en niñas, niños y personas adultas mayores.

El correcto lavado de manos debe realizarse las veces que sea necesario, ya que las manos permiten satisfacer las necesidades básicas en nuestra vida cotidiana, por lo que se contaminan con el contacto frecuente de superficies y objetos.

“El virus SARS-CoV2 se contagia de persona a persona. Si estornudas puedes llevarlo en las manos; si te arreglas el cabello, te tocas la cara o los labios; si manipulas dinero o viajas en transporte público, también. Por eso debe combatirse con un correcto lavado de manos”, explicó la enfermera Jiménez Castañeda.

Destacó que la cultura de higiene de manos debe comenzar desde la infancia en el hogar, y esta práctica debe realizarse en momentos clave del día: antes de cocinar o comer, después de ir al baño, después de jugar, al terminar la tarea escolar, al regresar al hogar, después de viajar en transporte público, entre otros. En la actualidad, la pandemia nos ha enseñado que debemos mantener medidas frecuentes.

Jiménez Castañeda explicó que las moléculas del jabón rompen la membrana de grasa de virus y bacterias, entran en su proteína y los degradan, con lo cual se rompe la cadena de contagio.

Para el correcto lavado de manos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda mojar suficientemente las manos; después colocar abundante jabón; expandir el jabón en las palmas; frotarse las palmas; después el dorso de las manos; los espacios entre los dedos en un movimiento entrelazado; los nudillos de cada mano; el dedo pulgar abrazándolo con la mano contraria y las puntas de los dedos.