Hace un siglo, el joven alpinista Andrew Comyn Sandy Irvine, de tan solo 22 años, desapareció junto a su compañero George Mallory mientras intentaban alcanzar la cima del monte Everest. Este enigmático suceso ha sido uno de los mayores misterios en la historia del alpinismo. Sin embargo, el mes pasado, un equipo de National Geographic hizo un descubrimiento que podría arrojar luz sobre este antiguo enigma.
Durante una expedición en la cara norte del Everest, en el glaciar Central Rongbuk, los exploradores encontraron restos que se cree pertenecen a Irvine. Este hallazgo incluye una bota y un calcetín etiquetado con «A. C. Irvine», lo que sugiere que finalmente se ha localizado parte del equipo del joven alpinista.
El descubrimiento fue liderado por el fotógrafo y director Jimmy Chin, quien junto a su equipo de National Geographic, ha estado explorando las áreas más remotas del Everest en busca de pistas sobre la desaparición de Irvine y Mallory. Este hallazgo no solo es significativo por resolver un misterio de 100 años, sino también por honrar la memoria de estos pioneros del alpinismo.
La comunidad alpinista y los historiadores esperan que este descubrimiento proporcione más información sobre los últimos momentos de Irvine y Mallory, y si realmente lograron alcanzar la cima del Everest antes de su trágica desaparición.