En julio de 2020, el saldo del crédito corriente otorgado por la banca comercial al sector privado creció a una tasa nominal anual de 4.9% (1.3% real), menor a la tasa nominal observada el mes anterior (6.5%) y a la tasa nominal de 8.6 % registrado en el mismo mes de 2019, reduciendo su dinamismo por tercer mes consecutivo.

El reporte de BBVA Research’s, describe que como ocurrió en la primera mitad de 2020, en julio, el crecimiento observado en la cartera del sector privado se apoyó principalmente en el desempeño del crédito a empresas. Por el contrario, el crédito al consumo profundizó la pérdida de dinamismo que se venía observando desde octubre de 2019 y registró por tercer mes consecutivo una contracción en términos nominales.

Finalmente, el crédito a la vivienda mantuvo su ritmo de crecimiento y continúa mostrando tasas de
crecimiento nominal menores al doble dígito. A partir de este desempeño, la contribución de los componentes del crédito bancario total al crecimiento de 4.9 puntos porcentuales (pp) registrado en julio fue la siguiente: el crédito a empresas aportó 4.5 pp; el crédito a la vivienda, 1.7 pp; y el crédito al consumo restó al dinamismo 1.3 pp.

La mayor parte del crédito a empresas sigue asociándose al efecto contable de la depreciación del tipo de cambio, mientras que, por el contrario, los motores habituales que podrían impulsar una mayor demanda por este tipo de financiamiento siguen mostrando deterioro.

Tal es el caso del indicador de inversión fija bruto o el índice de confianza respecto al momento adecuado para invertir. Por otro lado, el desempeño del crédito al consumo empieza a reflejar más claramente los efectos negativos de la pérdida de empleos formales, pues el desempeño tanto de la cartera de créditos de nómina, como la de créditos personales mostraron en julio niveles mínimos históricos.

Por su parte, el crédito a la vivienda, aunque ha disminuido su ritmo de crecimiento, aún no refleja la fuerte contracción en el empleo formal, pues captura con rezago el desempeño de dicho indicador. Sin embargo, se anticipa que la desaceleración continúe y se profundice a medida que las fuertes caídas observadas en el empleo formal empiecen a mermar la capacidad de pago de los hogares.