Como parte de su participación en el programa Casa Abierta, organizado por la Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina (AUSJAL), la IBERO Puebla reflexionó sobre el valor de la pedagogía ignaciana en el contexto presente y en el porvenir.

Ahí, el Mtro. Mario Patrón Sánchez, Rector de la Universidad, expresó que los tiempos actuales han permitido reivindicar la vocación de universalidad del proyecto educativo jesuita. “Valoramos y atesoramos la herencia que hemos recibido y nos abrimos al futuro como una utopía por concretar”.

La Universidad Iberoamericana Puebla se ubica en una ciudad donde la tradición educativa de la Compañía se remonta al siglo XVI, y en una región rica en diversidad cultural. Esto ha contribuido a que se mire hacia Mesoamérica y Sudamérica como una apuesta geopolítica. “El urgente rediseño del mundo pasa por una enérgica reivindicación de la sabiduría, la creatividad y la audacia de Latinoamérica”, indicó.

Este tiempo de crisis es una ventana para repensar el papel de estudiantes y profesores en esta reestructuración. “Como Universidades Jesuitas en América Latina tenemos la oportunidad de tocar a los más vulnerables y que, en esa medida, seamos congruentes con nuestra filosofía educativa”, reflexionó el Mtro. Juan Luis Hernández Avendaño, director general del Medio Universitario.

Como horizonte de la educación, el contexto llama al estudiantado a comprender cómo y para qué se llevan a cabo los quehaceres de enseñanza y aprendizaje. El Director General del Medio Universitario postuló al capitalismo, el racismo y el patriarcado como ejes de dominación a cuestionar. “Entendemos por hegemonía un sistema de creencias dominante. ¿Qué están haciendo nuestros estudios para sostener o retar estas hegemonías?”.

Del mismo modo, el antropocentrismo ha dictado que los seres humanos debemos dominar a la naturaleza para vivir con plenitud. Esto perpetúa los modelos extractivistas y la capitalización de los bienes naturales bajo el discurso apócrifo de empleo y desarrollo de la calidad de vida.

Además, el politólogo se refirió a la corrupción mundial como la nueva razón cínica, especialmente proliferante en el cono sur del continente. Indicó que los estudiantes y profesionistas, particularmente de las ciencias jurídicas, están llamados a actuar en contra de este mal estructural.

Del lado contrario, Hernández Avendaño indicó que las resistencias y las emancipaciones son una forma de victoria en sí misma, como dan cuenta los múltiples movimientos sociales y refugios antineoliberales de América Latina que defienden causas específicas. Parte de este caminar, precisó, se debe a la influencia del papa Francisco y su discurso frente a la deshumanización.


México es el país latino con mayor letalidad (12.3%) por COVID-19. Los países anglosajones y América Latina son campeones del neoliberalismo: al convertir todo en mercancía se ha dejado de lado los bienes públicos, incluida la salud.


Se refirió también a la emancipación de la mujer y de las personas jóvenes, quienes han tenido un rol protagónico en el planteamiento de una región continental menos capitalista, patriarcal y racista. De igual manera, indicó que los exacerbados movimientos migratorios son una síntesis de todo lo que está mal en la estructura mundial.

Hernández Avendaño identificó tres revoluciones que interpelan a la tarea de enseñanza. Habló sobre la revolución del más, donde todo en la vida pública, desde la población hasta la violencia, ha ido in crescendo. Este fenómeno supone cuestionar qué es lo que se va a sumar desde las actividades educativas.

La revolución de la movilidad se expresa en que 214 millones de personas vivan fuera de sus países de origen. En tal caso, preguntó: “¿qué ideas, proyectos y soluciones queremos movilizar?” Finalmente, la revolución de la mentalidad por la que las nuevas generaciones son más conscientes de la importancia de la libertad y la equidad de género, así como la intolerancia hacia lo injusto.

El titular del Medio Universitario dedicó unos instantes a la reflexión sobre el mundo laboral que le espera al mundo pospandémico. Rescató que se tiene una fuerza de trabajo joven y numerosa, con una participación femenina sin precedentes. Identificó al trabajo en equipo, comunicación personal y relación interpersonal como algunas de las competencias esperadas por los empleadores.

Juan Luis Hernández celebró que existan múltiples esperanzas movilizadas en bienes públicos, en muchos casos encabezadas por gente joven. Dichos movimientos son acompañados por el método de la pedagogía ignaciana, en el que se busca el aprendizaje a través de la resolución de dilemas y postulación de nuevos paradigmas. “Somos el continente de la alegría, el color y la esperanza. Eso deben ser nuestros estudios”, cerró.

Casa Abierta AUSJAL es un proyecto inédito que busca orientar a jóvenes de licenciatura y posgrado sobre la oferta académica y los servicios que ofrecen las instituciones afiliadas a la Asociación con la finalidad de impulsar los intercambios académicos virtuales y presenciales. Consiste en actividades de orientación para la movilidad estudiantil, ciclos de conferencias y un programa de internacionalización en casa desde la cultura.

Por Veral