A medida que 2024 avanza hacia su segunda mitad, la economía mexicana enfrenta una serie de desafíos que reflejan tanto el entorno global como las decisiones de política interna, manifestó Anselmo Salvador Chávez Capó, profesor de la Facultad de Contaduría y Alta Dirección de la UPAEP.
Dijo que el panorama económico del país presenta luces y sombras, donde las políticas del actual gobierno, la inflación, el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), y el comportamiento del tipo de cambio juegan un papel crucial en el desarrollo económico del país.
Comentó, “El Secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O., en una conferencia matutina reciente, expuso lo que considera los pilares fundamentales de la economía mexicana durante esta administración. Destacó la estabilidad de las finanzas públicas y la deuda, el apoyo a los ingresos familiares, el impulso a la capacidad productiva, y el desarrollo regional”. Sin embargo, Chávez Capó sugiere que, si bien estos elementos han sido claves, también es esencial reconocer las debilidades y los retos que enfrentan las políticas públicas.
Agregó, “Ramírez de la O subrayó que la deuda pública se ha mantenido en una senda sostenible, con México siendo uno de los pocos países que mantuvo su deuda por debajo del 50% del PIB durante la pandemia. Al final de esta administración, se espera que la deuda cierre en un 48.6% del PIB. Además, destacó una reducción significativa en la deuda externa y en las obligaciones con organismos financieros internacionales”.
Chávez Capó señaló que en términos de inversión, el gasto en desarrollo social ha crecido un 5.4% anual, y el gasto en inversión física federal aumentó un 7.3%. Sin embargo, este incremento está fuertemente vinculado a tres proyectos clave: el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), la refinería de Dos Bocas, y el Tren Maya, que han absorbido una parte considerable del presupuesto, generando un desarrollo regional desigual, con estados como Tabasco, Campeche, Oaxaca, y Quintana Roo siendo los más beneficiados.
Señala que, si bien la economía ha mostrado signos de recuperación, el crecimiento del PIB no ha sido suficiente para generar una riqueza significativa para la población. El crecimiento del PIB en el segundo semestre de 2024 se encuentra bajo observación, con un aumento real de solo el 0.2% respecto al primer trimestre del año. Este desempeño, aunque positivo, está por debajo de las expectativas de un crecimiento sostenido del 4.5% anual, lo cual es necesario para mejorar el nivel de vida de la población.
Indicó que las actividades secundarias y terciarias, que incluyen sectores como la construcción, manufactura, comercio y servicios, crecieron modestamente, mientras que las actividades primarias, que representan un pequeño porcentaje de la economía, mostraron una leve contracción, afectadas por fenómenos climatológicos adversos. Este escenario ha contribuido a un aumento en la inflación, especialmente en productos agropecuarios, que ha impactado directamente en los bolsillos de los mexicanos.
La inflación ha sido otro tema crítico en la economía mexicana en 2024. Desde diciembre de 2023, la inflación ha permanecido por encima de la meta del 3% establecida por el Banco de México, alcanzando un preocupante 5.57% en agosto. Este persistente incremento en los precios ha generado una controversia sobre las políticas monetarias adecuadas. A pesar de la alta inflación, el Banco de México decidió reducir la tasa de referencia de 11% a 10.75%, una decisión que, según Chávez Capó, podría tener implicaciones significativas en la economía, afectando la percepción pública sobre la estabilidad económica del país.
El académico expresó que el tipo de cambio ha experimentado una notable volatilidad en los últimos meses. Después de un período en el que el peso mexicano fue considerado «súper peso», la moneda ha sufrido una depreciación del 13.12% en los últimos tres meses, alcanzando niveles de 19.01 pesos por dólar en agosto de 2024. Esta fluctuación ha sido influenciada por factores externos, como las cifras de inflación en Estados Unidos y la producción industrial, que han generado una mayor incertidumbre en el mercado cambiario.
Chávez Capó concluye que, aunque la economía mexicana ha mostrado resiliencia, existen factores internos y externos que podrían complicar un aterrizaje suave hacia el final del sexenio. El crecimiento insuficiente del PIB, la alta inflación, y la volatilidad del tipo de cambio son señales de que se necesita una gestión económica más cuidadosa y estratégica. Mientras el gobierno actual se acerca a su cierre, la atención se centra en cómo estos desafíos serán abordados para asegurar un legado económico positivo.