En Lima, Perú, el conductor Gian Marco Caro Núñez, de 30 años, perdió la vida después de enfrentarse con un limpiaparabrisas. La disputa ocurrió en la esquina de Grau con Abancay, en el Cercado de Lima, cuando el conductor se negó a que le limpiaran el parabrisas de su vehículo. La negativa desató la furia del limpiaparabrisas, de nacionalidad venezolana, quien terminó atacándolo con unas tijeras.
Según relatos de testigos y familiares, la discusión comenzó cuando el limpiaparabrisas, identificado como José Alberto Girón Holder, se acercó al vehículo de Caro Núñez para limpiar el parabrisas. El conductor insistió en que no necesitaba el servicio y cerró las ventanas del automóvil. Sin embargo, Girón Holder procedió a rociar agua con detergente en el parabrisas, lo que provocó que Caro Núñez bajara del auto para reclamarle.
Después de la discusión, Caro Núñez regresó a su vehículo y estaba a punto de alejarse cuando Girón Holder lo apuñaló con una tijera a la altura del corazón, atravesando también un pulmón. Testigos del incidente empujaron el vehículo de la víctima hasta el hospital de Emergencias Grau, donde fue llevado de urgencia en una camilla. Lamentablemente, los médicos no pudieron salvar su vida debido a la gravedad de las heridas.
La Policía inició una búsqueda exhaustiva para encontrar al asesino y logró capturar a Girón Holder en la primera cuadra de la avenida Grau. El limpiaparabrisas fue llevado a la comisaría de Cotabambas, donde admitió el crimen pero alegó que actuó en defensa propia.
La familia de Gian Marco Caro Núñez, indignada por el trágico suceso, exige la máxima sanción contra José Alberto Girón Holder. Mientras era trasladado por los pasillos de la comisaría, algunos familiares de la víctima burlaron la protección policial y lograron golpear al detenido. La Policía Nacional del Perú tuvo que intervenir para evitar que la situación empeorara.
El caso ha generado preocupación y debate en la comunidad sobre la presencia de limpiaparabrisas en las calles de Lima y la seguridad de los conductores. Los residentes locales instan a las autoridades a tomar medidas para controlar y regular esta actividad, en un esfuerzo por prevenir futuros incidentes violentos.