Caries dental, enfermedad periodontal, así como cáncer de boca que tiene como factores de riesgo el tabaquismo, alcoholismo y relación con el virus del papiloma humano, son algunos de los padecimientos bucodentales más frecuentes, de acuerdo con datos del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica.

Se calcula que en el país hay aproximadamente 134 mil odontólogos con actividad económica, según Data México, plataforma en colaboración con la Secretaría de Economía. Y con base en información de la Secretaría de Salud, de ellos cerca de 10 mil ofrecen sus servicios en el sector público, destaca la profesora de la Facultad de Odontología (FO) de la UNAM, Claudia Patricia Mejía Velázquez.

“Resulta insuficiente porque se necesita personal para la prevención y atención de las enfermedades bucales. Debemos considerar que muchos odontólogos se encuentran localizados en las principales ciudades del país, y existen algunas comunidades donde la población no tiene acceso a servicios de calidad”, reconoce.

En ocasión del Día del Dentista, que se celebra el 9 de febrero por decreto del Honorable Congreso de la Unión publicado el 19 de mayo de 2014 en el Diario Oficial de la Federación, la especialista considera que la efeméride es una forma de reconocer el trabajo de los profesionales en la materia y sirve para promover la buena salud bucal en la población.

La prevención de enfermedades es importante, principalmente porque los padecimientos que se reportan tienen complicaciones que se deben atender, como la pérdida prematura de dientes que conlleva a que el paciente no pueda ingerir alimentos y esto deriva en estados de desnutrición, de ahí la importancia de las campañas preventivas y la atención a la comunidad, enfatiza la especialista.

Educación y prevención

La boca muestra otras enfermedades, como padecimientos endocrinos, diabetes, hipotiroidismo e hipertiroidismo; identificarlos permite tratamiento oportuno”, subraya Mejía Velázquez quien recomienda una adecuada higiene y vigilancia por parte del odontólogo.

Para tener salud bucal, lo importante es la educación y prevención que deben empezar a partir de la infancia para adquirir buenos hábitos de higiene y de nutrición. “Hay que responsabilizar al paciente para que evite la exposición a factores de riesgo”, comenta.

Además del cepillado de dientes tres veces al día, es importante acudir al odontólogo por lo menos dos veces al año para que realice una revisión general e identifique posibles enfermedades, sugiere.

“La higiene oral es un pilar importante, pero no es suficiente. Se necesita tener contacto con el odontólogo a través de visitas regulares y no acudir solamente cuando se necesita una atención rápida por dolor, que es el principal motivo de consulta”, alerta.

Afectados por la pandemia

La profesora universitaria recuerda que durante la emergencia sanitaria, la Odontología ha sido una de las profesiones más afectadas. “Al principio tuvimos la necesidad de suspender actividades, ya que se necesitaba entender el comportamiento de la COVID-19 y las vías de transmisión del virus. Luego tuvimos que adaptarnos, ya que muchos de los procedimientos generan aerosoles que nos colocan como uno de los sectores con mayor riesgo de contagio”.

Posteriormente se buscaron alternativas con nuevos protocolos para evitar contagios. Se utilizaron materiales de protección como mascarillas de alta eficiencia, guantes, gorros y batas desechables. “Muchos de estos insumos escasearon y encarecieron sus costos durante la pandemia, y al final esto repercute en los costos a los pacientes”.

Mejía Velázquez destaca que al inicio de la pandemia el sector odontológico no fue considerado como un grupo de prioridad para la vacunación, lo cual afectó a un gremio que hoy espera una recuperación paulatina.

“Todo el 2020 hubo una suspensión o disminución importante de la atención, se priorizaron únicamente las urgencias; ya con la vacunación comenzaron las consultas, pero ahora con la cuarta ola nos vemos afectados por la alta transmisión que hay del virus”, comenta.