El último Informe sobre las Migraciones en el Mundo (2020) reporta que existen 272 millones de personas migrantes internacionales, 51 millones más que en 2010. El fenómeno impacta a México por distintos frentes: nuestro país no solo es emisor, sino vía de tránsito y lugar de estancia.

Con el fin de sensibilizar al alumnado, el Área Intercultural de Lenguas (AIDEL) de la IBERO Puebla celebró una jornada intercultural con temática migratoria. “Nos compete analizar desde el ámbito académico para incidir en las políticas públicas que garanticen la movilidad digna para todas las personas”, aseguró el Mtro. Alfredo Castillo Romero, director general del Medio Universitario.

Carteles, intervenciones artísticas y actividades lúdicas fueron celebradas durante la extensa feria que convocó a todos los estudiantes que cursan algún idioma en la Universidad Jesuita. El evento central fue la proyección del cortometraje Una vida, dos países (2016) y una charla vía remota con su directora, la Dra. Tatyana Kleyn.

El documental problematiza la identidad nacional y las peripecias de un grupo de menores hijos de padres mexicanos que nacieron en Estados Unidos y, por diferentes situaciones, tuvieron que mudarse a México. Para los padres, el traslado implicó un regreso a la tierra abandonada; pero para los muchachos, significó un nuevo comienzo en un país con el que se identifican solo por sus raíces.

“¿Qué pasa después de que la gente es deportada?, ¿qué les pasa a los niños?, ¿cómo es su educación entre muros?”, fueron algunas de las preguntas que se hizo Tatyana Kleyn para comenzar el documental. Descendiente de judíos soviéticos, la cineasta y catedrática ha vivido el proceso de migración de primera mano. No obstante, reconoce que su familia recibió un trato privilegiado al tratarse de personas europeas arribando a la Unión Americana.

Kleyn vivió en Oaxaca durante seis meses para adentrarse en la complejidad de las dinámicas familiares de las comunidades. Convivió con muchas familias que, contrario a su tesis inicial, regresaron a México por una falta de cohesión en la sociedad estadounidense. “Las familias volvieron porque los padres querían ver a sus padres. Volvieron por situaciones crónicas de salud, por esta rueda de hámster en la que sentían que trabajaban y no lograban nada”.

Sus primeros cortometrajes, hechos en colaboración con estudiantes, abordaron temáticas como la educación transfronteriza, donde se destacan las barreras lingüísticas, geográficas, económicas y afectivas que los jóvenes deben cruzar para adaptarse a la vida en otro país.

Es así que, en Una vida, dos países el espectador conoce a Brayan, Sharely y Melchor, tres adolescentes que conforman el colectivo The New Dreamers como una forma de reinterpretar las narrativas que los marginan como personas que no pertenecen del todo ni a una cultura ni a otra.


“Una persona siente que no es suficiente ser de aquí o de allá. ¿Cómo podemos expresar que somos de aquí y de allá?”: Dra. Tatyana Kleyn.


Durante su intercambio con la Comunidad IBERO Puebla, Tatyana Kleyn aseguró que las personas que se dedican a la educación deben conocer el contexto del que provienen estudiantes, profesores y colaboradores. “Solo ver el nombre de una persona no te explica su historia”. Esto permitirá crear un ambiente en donde muchas personas puedan identificarse con diferentes historias de vida.

La mayoría de los estudiantes universitarios que regresan a México se matriculan para ser profesores de inglés, pues las limitaciones lingüísticas los restringen de prepararse en otras disciplinas. Las clases a nivel secundaria y bachillerato se vuelven complicadas para los adolescentes migrantes, mientras que a nivel primaria los niños utilizan el español y el inglés de manera equitativa.

En el documental se ilustra cómo los jóvenes que regresaron a México recibieron mayor educación en español, pero también buscaron aprender zapoteco para comunicarse con sus abuelos y familiares mayores. La directora exhortó a las universidades a mantenerse a la vanguardia para atender las necesidades de sus estudiantes más allá del aspecto académico.

Por Veral