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La emergencia sanitaria evidenció las aportaciones de diferentes profesiones y áreas del conocimiento al cuidado de la humanidad. En los últimos meses, los profesionistas de la alimentación han sido claves en los procesos de prevención y recuperación de cuadros de COVID-19 y de otras afectaciones derivadas de la vida en tiempos pandémicos.

Con motivo del Día del Nutriólogo y la Nutrióloga, la IBERO Puebla celebró un ciclo de conferencias centradas en la importancia de la microbiota intestinal en la salud personal. Se trata de una temática coyuntural en el gremio de la nutrición, el cual se encuentra subrepresentado en México: de acuerdo con el INEGI (2021), solo hay 2.4 profesionales de la alimentación por cada mil habitantes.

Este déficit en un país campeón en obesidad, diabetes e hipertensión obliga a abordar la nutriología desde diferentes aristas. Guadalupe Chávez Ortiz, directora del Departamento de Ciencias de la Salud, celebró que la Universidad Jesuita comprenda la nutrición desde enfoques clínicos, de política pública, deportivos e investigativos. La diversidad de lecturas, dijo, permitirá a los próximos egresados tener mayores oportunidades de incidencia en el campo laboral.

Nuevas formas de comer

México, un país con un alto consumo histórico de carnes y alimentos grasos, comienza a descubrir las alimentaciones en donde predominan los productos de origen vegetal. Estas tendencias han dado origen a todas las variaciones del espectro del vegetarianismo, desde el consumo esporádico de carnes rojas (flexitarianismo) hasta la exclusión de todos los alimentos de origen animal (veganismo).

Para Elisa Gómez Reyes, gerente de Wellbeing en Kellogg’s Company, este cambio de hábitos responde a la necesidad de encontrar alimentos más sustentables y accesibles. Pero no solo el planeta se ve beneficiado: las personas con una dieta basada en plantas presentan una amplia riqueza bacteriana que se ve reflejada en el estado de la microbiota.

Como explicó la experta, la microbiota es un ecosistema de bacterias, hongos y virus cuya diversidad contribuye a fortalecer el sistema digestivo. Las modificaciones en la coabundancia de organismos como firmicutes y bacteroidetes pueden determinar cambios en el peso y el funcionamiento de diferentes órganos.

El beneficio principal de una alimentación basada en vegetales se encuentra en la producción de ácidos grasos de cadena corta, los cuales favorecen la respuesta inmunológica, el mantenimiento de la estructura intestinal y el fortalecimiento de órganos como el hígado y el cerebro.

Algunos alimentos, como el nopal, son considerados funcionales y prebióticos. Cuando se consumen 50 gramos de hidratos de carbono provenientes del nopal se mantienen bajas las concentraciones de glucosa e insulina, lo que lo convierte en un producto ideal para personas diabéticas.

Como parte de su labor en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición, Nimbe Torres y Torres ha estudiado alimentos típicos de la dieta mexicana y sus beneficios. Tal es el caso del frijol, cuyo consumo disminuye la ganancia de peso y de grasa corporal cuando se utiliza exclusivamente como fuente de proteína.

De igual manera, Torres y Torres encontró que la miel de abeja tiene un efecto antimicrobiano, antioxidante y aniinflamatorio. Algunas mieles como la melipona y la de tipo mantequilla contribuyen a disminuir el estrés oxidativo debido al aumento en la generación de enzimas, lo que la convierte en uno de los endulcorantes más saludables.

Así como algunos alimentos contribuyen al mantenimiento de la microbiota, los probióticos actúan como auxiliares en el cuidado del sistema digestivo. La OMS define estos agentes como aquellos microorganismos vivos que, en cantidades adecuadas, son benéficos para el organismo. Su función principal es combatir la existencia de sustancias dañinas que ingresan al cuerpo.


Algunas fuentes de probióticos son: aceite de soya, ajo, espárragos, alcachofas, cereales integrales, arroz, papas, avena y lácteos, así como cápsulas y alimentos fortificados.


Como expuso Abril Vargas Cacho, colaboradora en Yakult Puebla, el consumo de los probióticos puede contribuir a la prevención del cáncer colorrectal y contribuye al tratamiento de diferentes tipos de diarrea, enfermedades inflamatorias, colitis y cólicos, entre otras afectaciones. Además, estos organismos mejoran la digestión, regulan el funcionamiento del sistema inmunológico, previenen infecciones gastrointestinales y disminuyen el estreñimiento.

El otro repositorio

Aunque el intestino es la matriz de este conjunto de microorganismos, su desarrollo y cuidado inicia en la boca. La microbiota oral funciona como una barrera inmunológica que promueve la homeostasis de forma dinámica. Su conformación inicia en la etapa prenatal y se ve impactada por factores que van desde el aire que respiramos y los hábitos de higiene hasta las enfermedades que padecemos.

Debido a que la boca es la segunda cavidad con mayor diversidad bacteriana, las caries suelen ser el primer indicador del desequilibrio en la concentración de microorganismos. De acuerdo con la investigadora Sophia Martínez Vázquez, la eliminación de estas lesiones no implica necesariamente una recuperación de la microbiota oral. Por el contrario, la afectación puede ser indicio de una patología más grave como cáncer u otras enfermedades sistemáticas.

Para mejorar los hábitos de higiene bucal, recomendó cambiar el cepillo de dientes cada tres meses y resguardarlo del ambiente; optar por pastas dentales basadas en proteínas; reducir el uso de enjuagues bucales, y recurrir al probiótico arginina deaminasa con fines preventivos.

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Por Veral

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