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El papa Francisco inicia este viernes en Irak una visita histórica en medio de altas medidas de seguridad por la pandemia, en un país martirizado donde espera reconfortar a una de las más antiguas comunidades cristianas del mundo, destruida por los conflictos y las persecuciones.

En un encuentro con las autoridades de Iraq en el marco de su viaje apostólico expresó: «La coexistencia fraterna necesita del diálogo paciente. No es una tarea fácil: requiere compromiso por parte de todos para superar rivalidades y contraposiciones».

Una larga alfombra roja y de fondo trompetas que sonaban El himno de la alegría, una canción que va en sintonía con el lema de este viaje: “Todos vosotros sois hermanos” (Mt 23,8). Así ha sido la acogida oficial del Papa en Iraq a la salida del avión, donde le esperaba el Primer Ministro del país, el Señor Mustafa Abdellatif Mshatat, a los pies de la escalera anterior del aeroplano. Francisco, junto con el Primer Ministro se han trasladado a la Sala VIP del aeropuerto donde ha tenido lugar un encuentro privado, la foto oficial y donde Francisco ha regalado al Primer Ministro un tríptico, una medalla del viaje en plata y una edición especial de su Encíclica “Fratelli tutti”.

El soberano pontífice de 84 años, realiza esta primera visita de un papa a Irak como “peregrino de la paz”, tenderá también la mano a los musulmanes chiitas en un encuentro con el gran ayatolá Ali Sistani, la máxima autoridad religiosa para los adeptos de esta rama del islam.

Durante esta visita de cuatro días por varias ciudades , el papa estará solo en las carreteras arregladas para esta ocasión debido a un confinamiento total decretado en el país donde el número de casos ha batido esta semana un récord desde el inicio de la pandemia de Covid-19, con más de 5 mil contagiados diarios.

El jefe de los 1 mil 300 millones de católicos del mundo, que se siente “enjaulado” en los últimos meses en un Vaticano a cámara lenta por el Covid-19, iniciará en vehículo blindado un viaje sin gente, “virtual” para los iraquíes que lo seguirán por televisión, y principalmente por aire. El helicóptero o el avión papal sobrevolará a veces zonas donde se esconden todavía yihadistas del grupo Estado Islámico (ISIS).

El programa papal es ambicioso. Bagdad, Nayaf, Ur, Erbil, Mosul, Qaraqosh: del viernes al lunes va a recorrer 1 mil 445 kilómetros, en un país que el miércoles fue golpeado por disparos de cohetes, último episodio de las tensiones irano-estadounidenses que siguen latentes en Irak.

Este primer viaje al extranjero en quince meses permitirá al papa ir al encuentro de una pequeña comunidad de fieles en las “periferias” del planeta, que es lo que más le gusta.

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