En los últimos días, la actividad volcánica ha dado lugar a exhalaciones con alto contenido de cenizas y compuestos químicos en la región, generando diversas consecuencias en el entorno natural.
La ceniza volcánica, compuesta principalmente por óxidos de aluminio, silicio, titanio y manganeso, ha despertado preocupación debido a su potencial efecto para la salud humana y los automóviles. Sin embargo, cabe resalta que la naturaleza no se equivoca, ya que la composición de la ceniza puede generar beneficios para el suelo, especialmente en zonas agrícolas, manifestó Francisco Javier Sánchez Ruiz, profesor de la Facultad de Ingeniería Ambiental y Desarrollo Sustentable de la UPAEP.
Dijo que la ceniza volcánica actúa como un fertilizante natural al nutrir los cultivos, evitando la necesidad de utilizar productos químicos. Además, su contenido de arcilla y limo proporciona características favorables para el suelo. Estos nutrientes son especialmente beneficiosos para áreas rurales y ejidos, donde se busca la sustentabilidad alimentaria.
Aunque la ceniza volcánica presenta propiedades abrasivas que pueden dañar la pintura de los automóviles, Sánchez Ruiz destaca que la calidad del aire en Puebla ha mejorado en ciertos contaminantes. Los óxidos de nitrógeno y el ozono han disminuido significativamente, y se ha registrado una reducción del 70 al 80 por ciento en monóxido de carbono. Este cambio podría atribuirse a la disminución de la movilidad debido a la suspensión de clases y la adopción de la educación virtual.
Indicó que una característica sorprendente de la ceniza volcánica es su amplia área superficial por partícula, que puede absorber contaminantes sólidos y gaseosos en gran proporción. Con solo un gramo de ceniza, se estima que se alcanzan alrededor de 108 metros cuadrados de área superficial, superando a otros absorbentes utilizados, como los convertidores catalíticos. Esta capacidad de absorción permite atrapar contaminantes como aceites, lo cual se ha evidenciado en la limpieza de áreas afectadas por derrames de grasas durante las lluvias recientes.
El Dr. Sánchez Ruiz menciona la importancia de mantenerse en interiores durante estos episodios y limitar la exposición prolongada a la ceniza para evitar riesgos en la salud. Aunque la ceniza contiene elementos químicos como cromo y plomo, se encuentran en concentraciones mínimas que no representan un peligro significativo para el organismo. Es importante destacar que el cromo presente en la ceniza se encuentra en su estado de oxidación más estable.
lo cual es beneficioso para la producción agrícola constante. Además, la ceniza puede actuar como un floculante natural en el agua, ayudando a atrapar y precipitar ciertos contaminantes en las aguas subterráneas, superficiales y residuales. Esto contribuye a mejorar la calidad del agua y del aire, disminuyendo los contaminantes como los óxidos de nitrógeno, el dióxido de carbono y el ozono, reiteró Sánchez Ruiz.
En cuanto a la ceniza en los tejados de las casas, el Dr. Sánchez Ruiz mencionó que en el corto plazo puede beneficiar al evitar la filtración de agua durante la temporada de lluvias. Sin embargo, a largo plazo, se recomienda lavar los tejados para evitar posibles problemas de salud. La ceniza en sí misma no afecta negativamente en términos de humedad, ya que la arcilla presente en la ceniza no retiene tanta humedad como el limo.
Sánchez Ruiz enfatizó que no se debe estigmatizar la ceniza como algo totalmente negativo. Es importante recordar que la Tierra tiene ciclos de regeneración y que nosotros, como seres humanos, hemos alterado el ambiente. No se debe temer a una erupción del volcán, ya que las exhalaciones de ceniza y vapor de agua son procesos naturales. Sin embargo, se reconoció la necesidad de cuidar la salud y de buscar la remediación de los desequilibrios que hemos generado en el entorno.