Comparte:

Jonathan de 29 años de edad ingresó muy grave por COVID-19, el 18 de junio, al Hospital General de Zona con Medicina Familiar (HGZ/MF) No. 29 “Belisario Domínguez” del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), y un día después fue intubado por la lesión pulmonar tan severa que presentaba.

Duró intubado 22 días, estuvo bastante grave, tuvo falla cardiaca y un daño pulmonar severo. Se logró extubar de forma muy lenta hace unos días y mejorar la saturación en 85 por ciento y sin tanta dependencia de oxígeno, comentó Juan Cruz García Rodríguez, especialista en medicina interna.
.
“Al ver su estado, su pronóstico de sobrevida no era muy bueno, ya que tiene una afectación en sus pulmones del 60 por ciento, la cual es irreversible porque el tejido se dañó”, añadió.

Dijo que a pesar de no ser derechohabiente del IMSS, Jonathan llegó al Servicio de Urgencias con neumonía viral, una evolución de la enfermedad de 15 días previos y datos de dificultad respiratoria con un índice de saturación en la sangre al 74 por ciento.

Después de un día de ingreso se le intubó por la dificultad respiratoria. Con la lesión pulmonar tan severa que presentaba fue colocado boca abajo, se le administró oxígeno con mascarilla parcial, pero sólo alcanzó una saturación del 88 por ciento sin presentar mejoría, expuso.

“Jonathan tiene un mes que ingresó con nosotros, no tiene ningún antecedente, no es diabético ni hipertenso, lo único que tenía era obesidad. Actualmente, bajó casi 20 kilos por el internamiento y es el más chico de cinco miembros de su familia quienes se infectaron todos de COVID-19, pero se atendieron en un hospital fuera del IMSS y no requirieron hospitalización, refirió el doctor García Rodríguez.

“Como consecuencia de la neumonía a causa del COVID-19, Jonathan desarrolló fibrosis pulmonar, padecimiento que se presenta con más frecuencia en adultos mayores que tuvieron una exposición a una mina o al humo del cigarro por más de 40 años; pero Jonathan no es una persona fumadora”, agregó el especialista.

Jonathan tiene dos secuelas: por un lado afectación muscular con cansancio y debilidad que provoca en ciertos pacientes, parálisis parcial generada por el mismo virus y por el efecto del relajante que se le administró durante el tratamiento, dijo.

El doctor Juan Cruz García Rodríguez refirió que después de darlo de alta tiene que atenderlo el área de neumología para evaluar el daño con el que queda, se le va a ofrecer rehabilitación pulmonar para recuperar un poco más la lesión y evitar una fibrosis mayor.

Por su parte, Jonathan agradeció al personal que siempre estuvo al pendiente de su estado de salud, “ellos siempre encontraban una forma de demostrarme que la vida era de otra manera y nunca dejaron que yo me decayera”.

Yo le digo a los que todavía no creen, que el COVID sí existe. Me siento feliz de ver a mi mamá, ya extrañaba a la familia, gracias al apoyo que aquí me dieron siempre y nunca me dejaron caer los ánimos, siempre los enfermeros y doctores me decían que le echara ganas”, expresó.

Comparte:

Por Veral