Pavel N., conocido como “Pablo Icecobar”, líder en la producción de metanfetamina en Países Bajos, fue sentenciado a 14 años y 10 meses de prisión por un tribunal en Den Bosch, por dirigir a gran escala laboratorios para la fabricación de la droga. Su cómplice en La Haya también recibió una condena de 13 años de prisión.
De acuerdo a un texto del medio digital NOS, el mexicano, de 40 años, fue expuesto después de proclamarse como el mayor productor de metanfetamina de Europa en la red de comunicaciones EncroChat, utilizada en actividades criminales.
Los mensajes revelaron su participación como el cerebro detrás de laboratorios en varias ubicaciones de los Países Bajos, incluyendo Arnhem, Drempt, Moerdijk, Willemsoord y Hauwert, lo que llevó al cierre de algunos de ellos.
La organización implementó el “método mexicano” para la producción de metanfetamina en Holanda, y Pavel facilitó la exportación de más de 30 kilos de la droga a Alemania.
Además de los dos principales sospechosos, la organización incluía a un hombre de 43 años y un ecuatoriano de 47 años, condenados por sus roles en los laboratorios. También participó una mujer colombiana de 44 años, quien recibió una sentencia de cuatro años de prisión, uno de los cuales fue condicional, por brindar apoyo a los sospechosos latinoamericanos.
El tribunal tuvo en cuenta la adicción y los riesgos mortales asociados con la metanfetamina, así como los impactos ambientales de la producción al determinar las penas. La cooperación a través de EncroChat permitió la condena de los sospechosos
«Pablo Icecobar” fue detenido en una tienda IKEA en Delft mientras compraba sartenes con su hermano Jorge, apodado “Pequeño Pitón”.
La policía capturó a Pavel en Barcelona, pero su hermano logró escapar y permanece desaparecido. Pavel ya había sido arrestado en Estados Unidos en 2006 por fabricación de metanfetamina y cumplió una condena de nueve años antes de continuar su actividad delictiva.
Las autoridades señalan que los hermanos podrían haber estado involucrados en más laboratorios, pero aún no hay pruebas concluyentes.