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Después de nueve días de hospitalización debido a una operación de abdomen, el Papa Francisco, de 86 años, abandonó el hospital Gemelli de Roma el viernes para regresar a la Basílica de San Pedro. Su evolución será vigilada de cerca, ya que se espera un verano con una agenda cargada. El Papa argentino salió en una silla de ruedas sonriendo a las 08:45 de la mañana (hora local), siendo recibido por una multitud de feligreses y periodistas en las puertas del Policlínico Gemelli.

Cuando se le preguntó cómo se sentía, respondió alegremente a una periodista: «¡Todavía (sigo) vivo!». Rodeado de la multitud, intercambió saludos y agradecimientos antes de subir a su Fiat 500 blanco bajo un fuerte dispositivo de seguridad.

Después de realizar dos paradas, una de ellas en la basílica de Santa María la Mayor, el Papa regresó al Vaticano. Celebrará la oración del Ángelus el domingo, pero su audiencia general semanal del miércoles será cancelada para que pueda descansar, según informó la Santa Sede. A partir del lunes, retomará el resto de sus audiencias y reuniones programadas.

El Papa argentino ha enfrentado problemas de salud recurrentes a lo largo de los años, incluyendo problemas de cadera, dolores de rodilla, varias operaciones y una infección respiratoria. El 7 de junio fue hospitalizado y sometido a una operación de tres horas con anestesia general para tratar «adherencias» dolorosas en su pared abdominal, consecuencia de una cirugía de colon realizada en julio de 2021.

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