Comparte:

El repiquetear de las campanas convoca a los habitantes de Santa Ana Coatepec, localidad ubicada en el municipio de Huaquechula, Puebla, quienes gustosos asisten a su parroquia que, tras haber sufrido diversos daños por el sismo del 19 de septiembre de 2017, ahora se yergue restaurada, gracias a la labor de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través de los especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), quienes hicieron posible la recuperación integral de este bien cultural.

El inmueble religioso, conocido como el Templo Parroquial  de Santa Ana y San Joaquín, cuya construcción inició en el siglo XVII, sufrió daños graves en la bóveda, el coro, en la torre campanario —lo que comprometió su estabilidad—, y ocasionó desprendimiento de la ornamentación y deterioros en los muros exteriores, entre otros.

Por lo que respecta a los bienes muebles, se hicieron trabajos de conservación y restauración en el retablo mayor (obra del siglo XIX, elaborado en mampospería y madera dorada y policormada), así como en la yesería dorada y la decoración mural del templo, los cuales presentaban faltantes y desprendimientos causados por el sismo. Se realizaron procesos de limpieza, reposición y consolidación de elementos.

Además, se descubrieron y dejaron expuestos vestigios de la pintura mural subyacente, que corresponde al siglo XVIII. Asimismo, se restauró el retablo barroco del siglo XVIII, elaborado en madera dorada y policromada.

Se hicieron trabajos de conservación en el órgano tubular, obra de manufactura poblana del siglo XIX. Se limpiaron las flautas de plomo y de la estructura de madera, además de reponer los elementos faltantes.

Asimismo, se realizó la conservación y restauración de las pinturas sobre lienzo adosadas a las pechinas (elementos arquitectónicos) de la bóveda del templo. Se hizo el desmontaje de las pinturas (que datan de finales del siglo XIX y principios del siglo XX) para realizar los procesos de refuerzo del soporte textil, resane de base de preparación y reintegración cromática de la capa pictórica.

Ante dicho panorama y con el apoyo de la comunidad, especialistas del Centro INAH Puebla coordinaron y supervisaron los trabajos ejecutados por las empresas designadas para dicha labor.

Durante la entrega del bien inmueble histórico y de los bienes muebles del templo se realizó el rito de la reconsagración para la reapertura de las actividades eclesiásticas.

En la entrega de la Parroquia de Santa Ana Coatepec estuvieron presentes miembros de la comunidad, el director del Centro INAH Puebla, arquitecto Manuel Villarruel Vázquez; el presidente municipal de Huaquechula, Raúl Marín Espinoza, así como autoridades religiosas.

Las acciones de restauración llevadas a cabo por el INAH, no solo permiten recuperar las iglesias, parroquias y templos, sino también rescatar y mantener la historia de las comunidades.

Historia de la Parroquia de Santa Ana Coatepec, en Puebla

El estatuto del templo como capilla de visita, sujeta al ahora Ex Convento de San Martín de Tours, en Huaquechula, está en un registro de 1852 y en el informe enviado por los frailes en 1623. Con el establecimiento de la parroquia, en 1641, los frailes franciscanos que llegaban del complejo monacal para enseñar y dar los sacramentos, dejaron de tener relación con Coatepec y correspondió al párroco local asistir a la comunidad.

Para esa época, el templo es ampliado, tenía su techo de bóveda y el bautisterio, posiblemente la torre campanario se erigió alrededor del año 1690.

En la segunda mitad del siglo XVIII, para celebrar su emancipación política de Huaquechula, se mandó decorar el templo con pintura mural, se renovó parte del ajuar litúrgico, como las campanas, y se instaló un retablo para la Virgen de los Dolores.

En 1856, se fundieron dos campanas, una dedicada a la Sagrada Familia y otra a Santa Ana. El 21 de mayo de 1866, el obispo Carlos María Colina decretó que Santa Ana Coatepec se convirtiera en parroquia.

A principios del siglo XX, la iglesia poseía siete altares con sus retablos, los cuales estaban dedicados a: Santa Ana, Padre Jesús, Nuestra Señora de los Dolores, Virgen de Guadalupe, el Santo Entierro, Virgen de la Soledad y la Inmaculada Concepción.

El retablo del altar mayor, joya del barroco, fue removido de lugar y cambiado a una pared lateral, causándole daños que se agravaron con el tiempo. Según la visita pastoral de 1902, en él se hallaban las esculturas de Santa Ana, a su derecha la de San Joaquín; a la izquierda la Virgen de la Candelaria y en la parte superior las imágenes de San Juan Bautista y la Santísima Trinidad. En su lugar, se colocó un ciprés, siguiendo la moda arquitectónica de la época.

Comparte:

Por Veral