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La vista es, quizá, la parte del cuerpo humano que más ha sufrido -y sufrirá- la aparición y popularidad de las computadoras, celulares, tablets y demás dispositivos tecnológicos. Los errores refractivos son problemas que enfrentarán principalmente las generaciones que han crecido rodeadas de estos aparatos, advirtió un especialista.

Hasta el 70% de la población joven padecerá, en los próximos ocho años, errores refractivos como miopía debido al incremento en el uso de aparatos electrónicos y dispositivos móviles, advirtió Óscar Antonio Ramos Montes, jefe de la carrera de Optometría en la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Los errores refractivos, expuso el especialista, son:

-Miopía: visión borrosa o poco clara de los objetos lejanos.

-Hiperopía: dificultad para ver de cerca.

-Astigmatismo: visión deformada de las imágenes y dificultad para apreciar el contorno de las cosas.

-Presbicia: imposibilidad de ver con claridad los objetos próximos y que se debe a incapacidad del ojo para enfocar.

En todo el mundo, cerca del 80 por ciento de los niños sufre algún tipo de error refractivo, sostuvo el docente y estimó que, para el año 2025, el 90% de la población juvenil que tiene actividades de visión cercana, así como niños, tendrán una de esas condiciones.

De acuerdo con el experto, aunque en términos generales los errores refractivos son condiciones genéticas (se nace con ellas), su desarrollo es multifactorial, por lo que es importante atenderlas a tiempo.

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En el caso particular de la miopía, años atrás -expuso-, se creía que este padecimiento se desarrollaba al entrar a la escuela, cuando los niños empezaban a leer y escribir. “Hoy podemos encontrar a pequeños de tres o cuatro años con grados significativos de esa anomalía”, producto del temprano uso de dispositivos tecnológicos, señaló.

Los padres de familia pueden identificar si su(s) hijo(s) tiene un error refractivo cuando notan alguno o varios de los siguientes comportamientos:

-Ojos constantemente rojos.

-Cansancio y dolor de cabeza por el esfuerzo de ver un objeto de lejos o de cerca.

-Inclinar la cabeza cuando se está de frente al televisor o algún dispositivo electrónico.

-Entrecerrar los ojos para enfocar un objeto.

-Acercar demasiado los cuadernos y libros para leer y escribir.

-Lagrimeo al leer.

Cuando un padre de familia sospeche que su hijo tiene un problema visual, debe acudir con un especialista en optometría, quien determinará un tratamiento con lentes correctores o la remisión con el oftalmólogo, recomendó el especialista.

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Por Veral