El Covid 19 a dos años de que se presentara y modificara los diferentes escenarios de convivencia social nos ha dejado una nueva experiencia respecto a que se consideró primero como una emergencia sanitaria, después en una pandemia y que aún no hemos salido de esta.
La mayoría de las personas que la gente conoció, algunos que fueron muy cercanos a la familia, otros que se conocieron a la distancia, perdieron la vida frente al Covid 19, y perder a un ser querido siempre implica una situación de riesgo, una situación de repensamiento y nuevas formas de ver a la muerte como una caracterización de la vida humana, manifestó Dulce María Pérez Torres, profesora de la Facultad de Psicología de la UPAEP.
Agregó que a dos años de esta pandemia de salud, muchas personas no tuvieron la oportunidad de tener un entierro y unos días de reposo como se estaba acostumbrado antes de la contingencia sanitaria.
Dijo que la pandemia le dio a todos y a cada una de las personas una nueva forma de decodificar la muerte y una nueva forma de relacionarnos con este fenómeno.
“Hoy a dos años, podemos pensar qué vamos a hacer ante esta situación de muerte. Quedaron parados muchos rituales que hacíamos antes de la pandemia como parte de la cultura de nuestro México querido. Una de ellas es ahora más que nunca, tratar de visitar a los seres queridos que quedaron, porque no han tenido el proceso del cierre de muerte y entonces hay que hacer rituales para cerrar este proceso de la vida y la muerte”, expresó Pérez Torres.
Por otro lado, realizar un servicio de situación de muerte en la familia con un mantel blanco, con una vela, con el retrato de la persona amada y tratar de cerrar este círculo que de alguna manera quedó trastocado por la enfermedad del Covid.
Subrayó que es importante dar apoyo emocional a todas aquellas personas que desafortunadamente quedaron con algún problema de salud por este virus del Covid. “Porque muchos de los dolientes siguen expuestos a esta situación de dolor, a la situación de por qué les sucedió a ellos, se sienten culpables, algunos otros se sienten culpables porque no han visto mejorada su salud, algunos culpan al sistema de salud, se culpan entre ellos mismos como familia, y buscan responderse el cómo hubieran evitado esta situación”.
Expresó que esta enfermedad nos deja muchas enseñanzas, tanto en la alimentación como en la convivencia y en la forma de relacionarse y comunicarse con los demás.
Dulce María Pérez, refirió que dentro de los factores que se tienen y que son importantes para estos momentos que vamos a vivir todos por el Día de Muertos, qué bueno que México tiene fiestas, qué bueno que vamos a volver con las ceremonias que se hacen en el zócalo de la ciudad, en los panteones, está muy bien, pero también tenemos que voltear hacia aquellas personas que viven solas, porque ellas necesitan de alguna manera de un apoyo social y obviamente tiene que verse esa parte como la oportunidad de repensarse en la realidad de la muerte y de la vida.
Acotó que México tiene la gran característica de tener culturalmente muchos rituales de cierre para poder iniciar con la vida. Agregó, “si en Puebla tuvimos aproximadamente 16 mil 558 personas muertas por el Covid, es importante voltear a ver cuántas familias, cuántas parejas y cuántos hijos quedaron con este fenómeno de no entender qué fue lo que pasó y de cómo viven el proceso de duelo y de muerte y cómo seguir adelante con la vida”, concluyó la académica.