Comparte:

La inteligencia artificial (IA) no debe dejar de ser una herramienta para mejorar la calidad de vida de las personas, afirmó la coordinadora de Humanidades de la UNAM, Guadalupe Valencia García.

Lejos de darle la espalda, negarla o condenarla, se abre nuestra inteligencia y afecto a una herramienta con la cual nos podemos aliar para beneficio de todos, añadió.

Hablar sobre el tema es, sin duda alguna, referirse a los cambios radicales que impactan a la sociedad en todos sus ámbitos: sociodemográficos, culturales, económicos, médicos y hasta el aspecto humano en su sentido ontológico, detalló.

Nuestros tiempos destacan por graves crisis, como la ocasionada por la pandemia de la COVID-19, pero también por la robustez de los avances científicos y tecnológicos, explicó en el auditorio Alfonso Caso, en Ciudad Universitaria.

“Bien sabemos que la IA tiene grandes posibilidades, entre otras brindar las herramientas correctas para la búsqueda de la promoción y mejora de las capacidades humanas; por eso interesa enfatizar su dimensión ética, para el fomento y protección de los derechos fundamentales, con vista al establecimiento de una colaboración eficaz entre seres humanos y dispositivos tecnológicos”.

Esa tecnología ha generado impactos en el contexto social, nuevos modelos de inclusión en el ámbito laboral y formas de creación de arte o cuestionamientos del acceso que la mayoría de la población tiene hacia ella; incluso los elementos que constituyen al ser humano en su sentido más estricto, abundó Valencia García.

iniciativas al respecto, se requería un marco normativo global, que se armonizara el creciente número de estrategias nacionales y regionales, porque se trata de un problema transversal. La UNESCO era la plataforma óptima para lograrlo.

En ese sentido, emitió el documento Recomendación sobre la ética de la inteligencia artificial, adoptado por aclamación de 193 Estados miembro del organismo internacional, el 23 de noviembre de 2021, donde se establece una serie de acciones concretas y un mecanismo de seguimiento, donde los países deben reportar lo que han hecho para implementarlo.

Entre sus valores y principios se encuentra el respeto y protección de los derechos humanos, las libertades fundamentales y la dignidad humana, la protección del medio ambiente y los ecosistemas, y garantizar la diversidad y la inclusión; entre sus características, prohibir el uso de la IA para vigilancia masiva, entre otras, enfatizó.

Al comentar la ponencia, el comisionado nacional de Bioética, Patricio Santillán Doherty, resaltó que, en la actualidad, la IA ha incrementado su capacidad; ejemplo de ello es la acumulación de datos. Se trata de una herramienta que todos queremos usar.

De esos sistemas emerge la posibilidad de autoconciencia, y el desarrollo de procesos de toma de decisión de manera autónoma; asimismo, establecer medidas para asegurar su existencia y activar protocolos de defensa que podrían derivar en posibilidades catastróficas. De ahí la gran preocupación mundial; “debemos tener cuidado, y ese es el llamado de la Recomendación” de la UNESCO; debe prevalecer el interés de la sociedad, expuso.

A la conferencia asistieron Jeniffer Hincapie Sanchez e Itzcóatl Maldonado Reséndiz, directora y secretario académico del PUB, respectivamente.

Comparte:

Por Veral

Verificado por MonsterInsights